jueves, 16 de marzo de 2017

Eclipse Solar Anular (informe desde Coyhaique)

Eran las 06:30 y ya todos comenzábamos a alistarnos. El día anterior estuvimos revisando todos los materiales que utilizaríamos, como cámaras, baterías, trípodes, telescopio y los muy importantes filtros para no dañar los sensores de nuestros equipos. Algunos de nosotros se quedaron por la noche trabajando en esto último, pasando de corrido hasta el día siguiente, el día D, donde observaríamos nuestro primer Eclipse Solar Anular.

Eran las 06:30, y los tecitos no se hacían esperar, o el café para despertarnos de las pocas horas de sueño que habíamos tenido, ya que el día anterior llegamos muy tarde luego de estar todo el día buscando el mejor sitio para observar el Eclipse. Ya los últimos detalles se finiquitaban antes de salir y los nervios y expectación por este fenómeno se hacían presentes.

Salimos, tomando la ruta prevista por Carretera Austral hasta el sector de "Mano negra", en un camino que se desviaba llegando hasta el sector de Villa Ortega. Ya en el lugar, conversamos con el dueño del sitio, don Reiniero Catalán, quien amablemente nos facilito un terreno para instalar nuestros equipos y realizar la observaciones.

El día prometía muchísimo, todo se encontraba despejado y el paisaje era magnífico, bosques, montañas y pastizales siempre verdes se abrían paso ante nuestros ojos, solo para adornar lo que sería una espléndida jornada.

Algunas fotos del sitio de observación:




Instalamos nuestros equipos y ya estaba todo listo, las cámaras dispuestas a capturar cada etapa del eclipse, el telescopio solar coronado realizando un perfecto seguimiento al astro Rey, nuestros lentes para observar mas directamente el Sol con toda la protección necesaria y las ganas y nervios que a esa altura ya estaban en su punto alto. Todo se encontraba en perfecta armonía, el Sol, el cielo despejado, nuestros equipos, las transmisiones y el paisaje, todo confluía hacia una magnífica experiencia.

Aproximadamente a las 09:30 horas comenzaba la Luna a "tocar" al Sol, un poco tímida pero a paso seguro, cubriendo poco a poco, lentamente a nuestro Sol. Y las observaciones comenzaban entre nervios y asombro, las cámaras ya empezaban a realizar sus primeros disparos y los "click" se escuchaban a cada minuto. Para algunos de nosotros, era la primera vez que observaban como el Sol era tapado por la Luna, lo que provocaba aun más asombro ante una experiencia indescriptible. El Sol cada vez se iba ocultando más y más, la temperatura comenzaba a descender y la claridad del día se tornaba de una forma única, no como en un amanecer, no como en un atardecer ni un día nublado, era una claridad muy única del fenómeno, muy difícil de transmitir pues era muy extraña, ya que de cierta forma se veía más oscuro, pero el Sol iluminaba lo suficiente como para que el día no se transformase en noche. 

Hasta que llegó el momento de la anularidad, observándose como el Sol se transformaba en un anillo perfecto, como la temperatura descendía alrededor de 5°C mandándonos a buscar nuestros abrigos ya que el frío se hizo sentir, nuestros ojos observando atentamente, nuestras cámaras disparando a cada segundo mientras todo era transmitido online. Era un momento mágico, el primer eclipse anular para todos los miembros del equipo que se encontraban ahí, en medio de ese paisaje único viviendo un momento único.

Lentamente la Luna iba pasando y el Sol se apoderaba nuevamente del cielo, cubriendo poco a poco con su calor, aumentando la temperatura, avisándonos que ya todo estaba acabando. La Luna se iba, ahuyentada por los gritos de júbilo ante lo que acabábamos de observar. El Eclipse llegaba a su fin, después de un grandioso momento que esperamos por meses, ya que este viaje para muchos había sido planeado con muchísimo tiempo de anticipación.

Algunas fotos:

Danilo Soto, una vez que el Eclipse había culminado


Jacqueline Soto y Franco Gomara, encargados de la transmisión en vivo

Una de las tantas cámaras con su respectivo filtro solar

Nuestro socio Jonathan Moncada (izquierda), Franco Gomara (sentado) y Mauricio Cortes (derecha)



De izquierda a derecha: Danilo Soto, Franco Gomara, Ignacio Ulloa, Mauricio Cortes, Reiniero Catalán, Jacqueline Soto y Jonathan Moncada

Posterior a todo esto, llegó la hora de guardar los equipos, despedirnos del Sol hasta un nuevo eclipse, con la promesa de juntarnos nuevamente a observar este magnífico fenómeno que pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de vivir.

Llegamos a Coyhaique cerca de las 15:30 horas, con mucha hambre y ganas de comer un rico cordero para celebrar. Primero pasamos a la hostal a dejar las cosas, donde Mauricio Cortes decidió quedarse a dormir, ya que la noche anterior había pasado de corrido. Los demás fuimos a buscar un sitio para comer, cosa poco fácil un día domingo en Coyhaique, o al menos eso nos pareció a todos. Muy pocos locales se encontraban abiertos o con servicio de almuerzo a esa hora, pero logramos encontrar un restaurante en el paseo Horn, donde ofrecían que en pocos minutos tendrían cordero listo para servir, así que decidimos entrar y esperar.

Todo el equipo compartiendo un rico almuerzo post eclipse

Finalmente nos fuimos a la hostal, para recopilar todas las fotos y videos que habíamos obtenido, ya que el procesado de todo el material no podía hacerse esperar demasiado.

El video de la aventura:



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